En el escrito
anterior comentábamos las diferencias marcadas entre los términos metodología y
método; hacíamos un breve abordaje sobre los diferentes métodos de
investigación social; así como aclarábamos sobre la inconmensurabilidad que hay
entre cada uno de éstos. Por
inconmensurabilidad vamos a entender que no hay parámetro de comparación y
medición entre un método y otro, es decir, es la imposibilidad de comparación de
dos teorías cuando la esencia, los elementos y el lenguaje no son comunes. Si dos o más teorías
son inconmensurables, entonces no hay manera de compararlas y decir cuál es
mejor y correcta. En la metodología de investigación científica no hay métodos
de investigación buenos o malos, mejores o peores, correctos o incorrectos;
solamente son métodos de investigación (social u otro) que el o la investigadora adopta según su experticia,
factibilidad y tipo de problema a estudiar.
En la parte uno de
este texto, nos remontábamos también a ediciones pasadas donde nos adentramos al
conocimiento como problema. El conocimiento, filosóficamente, es un
problema de muchos. Tanto la ciencia como la filosofía tienen como fin llegar
lo más cercano posible a la verdad. Desde principios del siglo XX la filosofía
ha pretendido dejar la supremacía del conocimiento a la ciencia, cuando la
ciencia es una parte de la filosofía (y evidentemente, la parte no puede ser
mayor que el todo). Sobre estas reflexiones surge la pregunta fundante o
pregunta inicial: ¿Existe un verdadero problema gnoseológico o epistemológico
del conocimiento humano? Hay diferentes respuestas a esta pregunta y
precisamente este asunto fue el que
abordamos cuando presentamos las diferentes escuelas epistemológicas
(dogmatismo, escepticismo, racionalismo, empirismo, realismo, idealismo, entre
otros).
El conocimiento
como fenómeno también es una preocupación de la teoría del conocimiento.
Quiero dar mi punto de vista improvisando que la teoría del conocimiento no es
un conocimiento. Trasciende de éste: es una especie de metanivel; un conocer
sobre el conocer, es decir, está un grado arriba del conocimiento. La teoría
del conocimiento es -entonces- una especulación, una explicación, una
interpretación acerca del conocimiento humano. La filosofía y la ciencia como
disciplinas hermanadas nacen juntas como una preocupación desde la razón, pero
se bifurcan: La ciencia se queda
profundizando sobre el cómo de las cosas (leyes) con la limitante que
ésta tiene un tope cuando ya no tiene más preguntas. Contrariamente, la
filosofía interpreta las preguntas últimas, abstrae más, intenta ir más allá de
la ciencia por esa capacidad de abstracción. Si esto es así, el objeto de
estudio de la teoría del conocimiento es el conocimiento humano. Lo primero que
hay que hacer es observarlo, describirlo, para luego teorizar. Finalizo esta
idea re-definiendo la teoría del conocimiento como la interpretación filosófica
de cómo ocurre ese conocimiento, describirlo para intentar explicar cómo opera
(teorización).
Los métodos de
investigación de los que también hicimos mención en la edición anterior
fueron: Método hipotético deductivo; método inductivo hipotético; investigación
operativa; método dialéctico y método histórico. Quiero destacar, sobre estos
métodos, una marcada confrontación o dualidad entre el primero y el segundo. Lo
anterior responde a las vertientes de racionamiento donde se sostienen cada uno
de estos: enfoque deductivo versus enfoque inductivo. De igual manera las
perspectivas donde se desprenden y que dan luces para la clasificación de la
ciencia: Las nomotéticas (naturales) para el primero y las ideográficas
(humanas) para el segundo.
Este dual al que
hacemos referencia está enmarcada al objeto de estudio de cada una de éstas.
El objeto de
estudio en la
perspectiva nomotética, es concebido como un organismo que posee
cualidades comunes al resto de
los de su misma especie,
que se comporta
de manera similar
al resto. Por ello,
existe la posibilidad
de que estudiando
a unos pocos,
se puedan generalizar (inferir) al resto a partir de los
resultados encontrados.
Desde el
punto de vista
ideográfico, el objeto
de estudio, no
admite posibilidad de generalización, debido
a que es
un ser que
posee una “singularidad”, una “especificidad” dentro
de la “comunalidad”
que comparte con
el resto de su
grupo; por ello,
cada caso “testigo” (nótese que hasta el lenguaje o
terminología para método cambia; para el método cuantitativo estamos hablando
de “estudiado”) dentro de un
mismo grupo o
sociedad, puede presentar divergencias
significativas difíciles, y
quizá imposibles, de conciliar con los atributos individuales
del resto de los miembros de ese grupo.
La distinción entre
ambos grupos de ciencias (nomotéticas e ideográficas) constituye uno de los
temas más complejos, polémicos y difíciles de las investigaciones
epistemológicas desde finales del siglo XVIII, cuando algunas disciplinas
humanísticas pasaron a convertirse (o lo pretendieron) en ciencias propiamente
dichas, tomando como parámetro de su cientificidad el modelo ofrecido por las
ciencias naturales y formales que entonces experimentaban un desarrollo sin
precedentes.
Parece evidente
que, a pesar de la tesis de la unidad genérica de todas las ciencias, hay algún
tipo de diferencia entre las ciencias “duras” de la naturaleza (física,
química), formales (matemáticas, lógica) y el grupo de las ciencias humanas
(sociales, culturales).
Sobre cada uno de
estos cinco métodos trataremos de hacer una reflexión sinóptica. Vamos ya:
Método hipotético
deductivo:
Mejor conocido como método cuantitativo o
estadístico. Algunos cientistas sociales han sido
atrevidos en hacer referencia y reconocer que éste es, rigorosamente, el único
y universal método científico procedimiento
derivado de la práctica y la experiencia de muchas generaciones;
sin reconocer lo que verdaderamente han avanzado las ideas sobre la ciencia ,y
obviamente, sobre otros métodos que alcanzan el mismo carácter de
cientificidad. Consta de observación,
hipótesis, experimentación y teoría. Cuando la teoría se hace lo
suficientemente amplia y sólida, capaz de dar explicación a una gran cantidad
de fenómenos y relaciones de causa-efecto y también de rebatir racionalmente
cualquier crítica, se llega a la ley. Este método consiste en emplear sólo
razonamiento, es decir que parte de premisas hipotéticas o de preposiciones
consideradas sólo en su contenido, sin afirmación ni negación actual. Se apoya
de los silogismos.
En nuestros centros de estudios, sean estos
bachillerato o universitario, se nos ha enseñado memorísticamente que el
enfoque deductivo es aquel que “va de lo general
a lo particular”, es el que “va de lo abstracto a la concreto”. Esta definición por sí misma no nos dice
nada, a lo más que hemos llegado repitiendo ese estribillo es a eso: el eco del
otro. Jacques Lacan, filósofo y psicoanalista francés, refiriéndose a esta
tesis dice: "somos hablados por el inconsciente y mi inconsciente es el
discurso del otro”. Estas ideas Lacan las retoma de Martín Heidegger
refiriéndose a la “vida inauténtica” o estado de interpretado por el
mundo"... Es decir...Si no repetimos lo que dice la tele, la radio, el
diario, el libro, entonces seremos interpretados por alguien del entorno, y
repetiremos sus ideas como si tales ideas fueran nuestra concepción del mundo.
Trataré de explicar mejor la idea del enfoque deductivo haciendo uso de la siguiente lámina:
Cuando se dice que el enfoque deductivo es aquel que
“va de lo general a lo particular”, de lo “abstracto a lo concreto” nos estamos
refiriendo a uno de los niveles más
complejo del proceso del conocer: la teoría (la teoría es un conjunto de
hipótesis estructurado por la relación de implicación o deducibilidad). Esta
perspectiva deductiva, sustentada en bases bibliográficas o “corpus teóricos”
de conocimiento general se confronta con un problema de mi segmento o porción
de realidad. Tratando de hacer una síntesis, la lógica deductiva parte de
alguna teoría que he tomado prestada en mi proceso de investigación y la
conjugo con mi realidad para determinar si mi problema de estudio es vigente en
tiempo, lugar y persona. Por tal razón
hemos dicho que el uso de este método es comprobar teoría, esto lo logra a través de las hipótesis;
de ahí su nombre.
Trataré de explicar mejor la idea del enfoque deductivo haciendo uso de la siguiente lámina:
El enfoque inductivo es contrario: Parte de un
problema de mi parcela de realidad,
retomando el proceso contemplado en la lámina: Conceptos, categorías (entendida
como un conjunto de conceptos), juicios o hipótesis, principios o axiomas,
teoría y leyes. Por tal razón su uso es crear teoría, es decir, va de lo particular a lo
general. Los diagnósticos (sean comunitarios o institucionales) son la mejor
expresión de este
Método.
La ciencia busca la
verdad con el método hipotético deductivo, y la filosofía es un saber
reflexivo, no limitado por el método. La filosofía no es un recetario, es una invitación a
pensar. Por ello se desprende el lema kantiano (Inmanuel Kant) de la
ilustración que aún tiene vigencia en el tiempo, lugar y persona: “Atrévete
a pensar”.
Continuará.
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