viernes, 22 de febrero de 2013

Nuevos apuntes históricos sobre el Hospital Rosales. Parte 2/3



En la parte I de este artículo, publicado en el blog anterior, comentábamos sobre el proceso histórico que ha llevado la organización denominada Hospital Nacional Rosales, en honor al insigne y filántropo salvadoreño José Rosales. Me inclino más por el término de organización que institución ya que la primera expresión la constituyen las personas: el ser humano; mientras tanto que institución es un término que  involucra, en el orden social, la normalización del comportamiento de un grupo de individuos a través de instrumentos técnicos jurídicos como leyes, normas, tratados, convenios, acuerdos, entre otros.

La fortuna de José Rosales ascendía a un millón de pesos de la época, sin embargo hubo que hacer deducciones traducidas en las sumas que su esposa, Carmen Ungo, introdujo al matrimonio y las ganancias que por ley le correspondían; así como algunas otras donaciones a personas allegadas a él, quedando para el hospital mas de 400 mil pesos. Hay que hacer mención que José Rosales no tuvo descendencia. Para ese tiempo se había hecho una estimación que este sanatorio se construiría con un aproximado de 100 mil pesos; más sin embargo como puede verse en la transcripción de la declaración décima de su testamento, no se podía extraer dinero que no estuviese destinado para tal fin, es decir, su construcción. La cláusula décima reza:

...“Cláusula décima: Declara que no teniendo herederos forzosos instituye como único heredero de todos sus bienes, al Hospital General de esta ciudad, debiendo administrarse  separadamente por la Junta respectiva, para que no pueda invertirse parte alguna en objetos que no sean propios del referido establecimiento, quedando expresamente prohibido a la Junta dar mutuo a cualquier título y a ninguna persona cantidad alguna, pues en caso contrario, dejará por ese hecho de ser heredero de sus bienes dicho hospital y pasará dicha herencia a los pobres de Inglaterra a quienes instituye por sus herederos sustitutos”...

José Rosales fue considerado como uno de los banqueros criollos más destacados del periodo decimonónico (siglo XIX); además de gobernar la naciente República de El Salvador como Tercer Designado del 18 al 22 de junio de 1885; entregando la Primera Magistratura al General Francisco Menéndez, quien posteriormente lo nombró como consejero de Estado.



Hacíamos también referencia, en la parte I de  este texto, que el Hospital Rosales surge con la idea de formar parte del Centro Médico Nacional: un complejo y completo centro nacional  de especialidades médicas; el cual requería necesariamente de la adquisición de una gran cantidad de terrenos. Los inmuebles que donó José Rosales tenían una pequeña extensión, precisamente lo que actualmente constituye el nosocomio; con su aportación económica se adquirieron otras parcelas -de pequeño, mediano y gran tamaño-, tales como: el parque Cuscatlán; la Escuela de Medicina de la Universidad de El Salvador, conocido como La Rotonda; terrenos que en la década de los 70's y mediados de los 80's eran canchas de fútbol que se conocieron como El Arenal (lo que hoy día son las edificaciones de los Hospitales Oncológico y Médico Quirúrgico del Instituto Salvadoreño del Seguro Social -ISSS- que surgieron a raíz de la emergencia del terremoto del 10 de octubre de 1986); asimismo solares del actual Hospital de Maternidad; el Instituto del Cáncer; la seccional del Cuerpo de Bomberos; la fábrica de artefactos del Ministerio de Salud -MINSAL-; la comunidad Tutunichapa; el edificio Max Bloch, propiedad del MINSAL y el terreno de lo que hoy se conoce como el ex Hospital Militar. 

Para consolidar el sueño para la creación del Centro Médico Nacional, la Junta de Administración adquirió nuevos terrenos aledaños al Hospital Rosales, los cuales se cristalizaron con lo que fue  el Hospital de Infantes Benjamín Bloom (infraestructura que actualmente lo constituyen el Hospital Primero de Mayo, propiedad del ISSS y el edificio Bloom, en la esquina de la Calle Arce y 23 avenida norte); la colonia Bloom (una parte en total abandono; otra parte recuperada por la administración municipal de la Dra. Violeta Menjívar y que forma parte del Centro Cultural Bloom -colindante con una de las pocas calles empedradas, y quizá la última,  que quedan en San Salvador: el pasaje Bloom-); y otra parte donde está una gasolinera (se desconoce bajo que figura ha sido concedida una propiedad  pública para fines eminentemente privados); y lo que fue una de las obras físicas del Hospital de la Administración Nacional de Telecomunicaciones -ANTEL- (hoy Hospital General del ISSS). De igual manera se adquirieron terrenos colindantes con lo que en la actualidad son servidumbres del cementerio general de San Salvador y cuyas propiedades están bajo inscripción del MINSAL.

Con este panorama queda la invitación a investigadores, Autoridades y otros funcionarios hacer una revisión de cómo, por qué y a través de qué vías se cedió, concesionó, donó, se dio en calidad de pago, comodato, acuerdos de Consejo de Ministros, entre otros, los diferentes terrenos a los que se ha hecho referencia y de los cuales no ejerce la posesión de estos bienes el Hospital Rosales. Un dato importante que tiene que ver con lo anteriormente citado es la   creación del Hospital Militar, dependencia del Ministerio de Guerra, el cual se vendió por 20 mil pesos al morir Don José Rosales. De igual manera la apertura,  en enero de 1925,  del Sanatorio Popular Antituberculoso en los terrenos del actual parque Cuscatlán; aunque de esto no hay evidencia de la infraestructura instalada, de lo que se supone pudo haber desaparecido en los terremotos de San Salvador de mayo de1932, octubre de 1937 o el de abril de 1961; o en su defecto demolido al ser cedido los terrenos a la Alcaldía Municipal de San Salvador. El origen de la cesión de estos bienes es variado, para el caso a modelo de ejemplos:

Los terrenos que hoy día ocupa el Instituto del Cáncer fueron dados en comodato por 75 años por medio del Decreto Legislativo No. 501 del 2 de marzo de 1972, publicado en el Diario Oficial, tomo 234, del 16 de marzo de 1972.

El espacio físico que actualmente ocupan los Hospitales Oncológico y Médico Quirúrgico del ISSS fueron otorgados por el Estado mediante cesión de pago, según Acuerdo 17  del Poder Ejecutivo del 24 de febrero de 1971. Curioso es el caso que el documento de Acuerdo no se ha podido encontrar, a pesar de su constante búsqueda; se desconoce si realmente existe. Estos terrenos siguen estando inscritos a favor del Hospital Rosales.

Finalmente podemos decir que desde el 13 de julio de 1902, casi once años después de colocada la primera piedra, el hospital no ha dejado de brindar cuidados médicos a todos los salvadoreños y salvadoreñas que han necesitado de sus servicios. Esta atención ininterrumpida se ha dado en los momentos más difíciles del país (guerras, terremotos, entre otros). Sus instalaciones han sufrido algunas modificaciones en su infraestructura, pero han sido intocables las construcciones antiguas. La armazón metálica se ha mantenido en pie desde el 13 de julio de 1902, siendo ésta testigo de por lo menos seis terremotos  que han destrozado la capital salvadoreña.

Fotografías cortesía de Luís Regalado, técnico en audiovisuales del MINSAL.
 





 

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