En la parte I de este artículo,
publicado en el blog anterior, comentábamos sobre el proceso histórico que ha
llevado la organización denominada Hospital Nacional Rosales, en honor al
insigne y filántropo salvadoreño José Rosales. Me inclino más por el término de
organización que institución ya que la primera expresión la constituyen las
personas: el ser humano; mientras tanto que institución es un término que involucra, en el orden social, la normalización
del comportamiento de un grupo de individuos a través de instrumentos técnicos
jurídicos como leyes, normas, tratados, convenios, acuerdos, entre otros.
La fortuna de José Rosales
ascendía a un millón de pesos de la época, sin embargo hubo que hacer
deducciones traducidas en las sumas que su esposa, Carmen Ungo, introdujo al
matrimonio y las ganancias que por ley le correspondían; así como algunas otras
donaciones a personas allegadas a él, quedando para el hospital mas de 400 mil
pesos. Hay que hacer mención que José Rosales no tuvo descendencia. Para ese
tiempo se había hecho una estimación que este sanatorio se construiría con un
aproximado de 100 mil pesos; más sin embargo como puede verse en la
transcripción de la declaración décima de su testamento, no se podía extraer
dinero que no estuviese destinado para tal fin, es decir, su construcción. La
cláusula décima reza:
...“Cláusula décima:
Declara que no teniendo herederos forzosos instituye como único heredero de
todos sus bienes, al Hospital General de esta ciudad, debiendo
administrarse separadamente por la Junta
respectiva, para que no pueda invertirse parte alguna en objetos que no sean
propios del referido establecimiento, quedando expresamente prohibido a la
Junta dar mutuo a cualquier título y a ninguna persona cantidad alguna, pues en
caso contrario, dejará por ese hecho de ser heredero de sus bienes dicho
hospital y pasará dicha herencia a los pobres de Inglaterra a quienes instituye
por sus herederos sustitutos”...
José Rosales fue considerado como
uno de los banqueros criollos más destacados del periodo decimonónico (siglo
XIX); además de gobernar la naciente República de El Salvador como Tercer
Designado del 18 al 22 de junio de 1885; entregando la Primera Magistratura al
General Francisco Menéndez, quien posteriormente lo nombró como consejero de
Estado.
Hacíamos también referencia, en
la parte I de este texto, que el
Hospital Rosales surge con la idea de formar parte del Centro Médico Nacional:
un complejo y completo centro nacional
de especialidades médicas; el cual requería necesariamente de la
adquisición de una gran cantidad de terrenos. Los inmuebles que donó José
Rosales tenían una pequeña extensión, precisamente lo que actualmente
constituye el nosocomio; con su aportación económica se adquirieron otras
parcelas -de pequeño, mediano y gran tamaño-, tales como: el parque Cuscatlán;
la Escuela de Medicina de la Universidad de El Salvador, conocido como La
Rotonda; terrenos que en la década de los 70's y mediados de los 80's eran
canchas de fútbol que se conocieron como El Arenal (lo que hoy día son las
edificaciones de los Hospitales Oncológico y Médico Quirúrgico del Instituto
Salvadoreño del Seguro Social -ISSS- que surgieron a raíz de la emergencia del
terremoto del 10 de octubre de 1986); asimismo solares del actual Hospital de
Maternidad; el Instituto del Cáncer; la seccional del Cuerpo de Bomberos; la
fábrica de artefactos del Ministerio de Salud -MINSAL-; la comunidad
Tutunichapa; el edificio Max Bloch, propiedad del MINSAL y el terreno de lo que
hoy se conoce como el ex Hospital Militar.
Para consolidar el sueño para la
creación del Centro Médico Nacional, la Junta de Administración adquirió nuevos
terrenos aledaños al Hospital Rosales, los cuales se cristalizaron con lo que
fue el Hospital de Infantes Benjamín
Bloom (infraestructura que actualmente lo constituyen el Hospital Primero de
Mayo, propiedad del ISSS y el edificio Bloom, en la esquina de la Calle Arce y 23 avenida norte); la colonia Bloom (una parte en total abandono; otra
parte recuperada por la administración municipal de la Dra. Violeta Menjívar y
que forma parte del Centro Cultural Bloom -colindante con una de las pocas
calles empedradas, y quizá la última,
que quedan en San Salvador: el pasaje Bloom-); y otra parte donde está
una gasolinera (se desconoce bajo que figura ha sido concedida una
propiedad pública para fines
eminentemente privados); y lo que fue una de las obras físicas del Hospital de
la Administración Nacional de Telecomunicaciones -ANTEL- (hoy Hospital General
del ISSS). De igual manera se adquirieron terrenos colindantes con lo que en la
actualidad son servidumbres del cementerio general de San Salvador y cuyas
propiedades están bajo inscripción del MINSAL.
Con este panorama queda la
invitación a investigadores, Autoridades y otros funcionarios hacer una
revisión de cómo, por qué y a través de qué vías se cedió, concesionó, donó, se
dio en calidad de pago, comodato, acuerdos de Consejo de Ministros, entre
otros, los diferentes terrenos a los que se ha hecho referencia y de los cuales
no ejerce la posesión de estos bienes el Hospital Rosales. Un dato importante
que tiene que ver con lo anteriormente citado es la creación del Hospital Militar,
dependencia del Ministerio de Guerra, el cual se vendió por 20 mil pesos al
morir Don José Rosales. De igual manera la apertura, en enero de 1925, del Sanatorio Popular Antituberculoso en los
terrenos del actual parque Cuscatlán; aunque de esto no hay evidencia de la infraestructura
instalada, de lo que se supone pudo haber desaparecido en los terremotos de San
Salvador de mayo de1932, octubre de 1937 o el de abril de 1961; o en su defecto
demolido al ser cedido los terrenos a la Alcaldía Municipal de San Salvador. El
origen de la cesión de estos bienes es variado, para el caso a modelo de ejemplos:
Los terrenos que hoy día ocupa el Instituto
del Cáncer fueron dados en comodato por 75 años por medio del Decreto
Legislativo No. 501 del 2 de marzo de 1972, publicado en el Diario Oficial,
tomo 234, del 16 de marzo de 1972.
El espacio físico que actualmente ocupan los
Hospitales Oncológico y Médico Quirúrgico del ISSS fueron otorgados por el
Estado mediante cesión de pago, según Acuerdo 17 del Poder Ejecutivo del 24 de febrero de
1971. Curioso es el caso que el documento de Acuerdo no se ha podido encontrar,
a pesar de su constante búsqueda; se desconoce si realmente existe. Estos
terrenos siguen estando inscritos a favor del Hospital Rosales.
Finalmente podemos decir que desde el 13 de
julio de 1902, casi once años después de colocada la primera piedra, el
hospital no ha dejado de brindar cuidados médicos a todos los salvadoreños y
salvadoreñas que han necesitado de sus servicios. Esta atención ininterrumpida
se ha dado en los momentos más difíciles del país (guerras, terremotos, entre
otros). Sus instalaciones han sufrido algunas modificaciones en su
infraestructura, pero han sido intocables las construcciones antiguas. La
armazón metálica se ha mantenido en pie desde el 13 de julio de 1902, siendo ésta
testigo de por lo menos seis terremotos
que han destrozado la capital salvadoreña.
Fotografías
cortesía de Luís Regalado, técnico en audiovisuales del MINSAL.
Saludos, como consigo la parte 3
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